jueves, 30 de mayo de 2013

Historia de una motivación

Buenas tardes.


Hoy tengo dos motivos para estar contento. El primero es que tras varias semanas de estudio, por fin se han acabado los exámenes, ahora falta esperar resultados. Esto significa que puedo volver a correr, nadar y pedalear con total libertad ¡BIEN!. La segunda buena noticia se refiere al blog, ya que hoy despedimos el mes de Mayo con más de 1600 visitas; estamos muy contentos de que esto funcione y os aseguramos que trataremos de seguir igual o mejor.

Ahora os dejo con Victor Arnau, que en el día de hoy nos explica las diferencias entre motivación intrínseca y motivación extrínseca con la ayuda de una historieta que nos ayuda a entender su significado. Aquí os dejo con él.

Hola deportistas, esta semana vengo a hablaros de motivación, un concepto clave de la psicología deportiva. En concreto os traigo una historia, una historia que sirve para entender la diferencia entre motivación intrínseca y motivación extrínseca.

“Cuenta la historia que vivía hace unos años en un pueblo muy pequeño un anciano ya jubilado, cuyas aficiones principales eran la lectura, la jardinería y la meditación. Este anciano adoraba la tranquilidad por encima de todas las demás cosas. Un día un grupo de niños eligió como lugar de juegos la plaza donde estaba situada la casa del anciano. Allí iban todas las tardes a gritar, correr, y jugar con el balón. Este comportamiento tenía muy molesto al anciano, pero como era un hombre muy inteligente decidió adoptar una buena estrategia.
Una tarde que los niños estaban jugando, bajó a la calle a hacerles una propuesta. La propuesta consistía en que el anciano pagaría con 1 euro a cada niño que fuera a jugar a su plaza por la tarde, ya que les dijo que mientras les oía jugar se sentía joven y con vitalidad. Los niños muy contentos, informaron a todos sus amigos, y cada tarde acudían más niños a jugar a la plaza, donde además de disfrutar con los juegos recibían 1 euro cada tarde.
Sin embargo, al cabo de 1 semana el anciano volvió a bajar a la calle e informó, que debido a la gran cantidad de niños que iban a jugar cada tarde se le estaban acabando los ahorros, por lo que debía dejar de pagarles. Los niños, tras meditarlo unos instantes decidieron dejar de acudir a jugar a la plaza, ya que no pensaban ayudar al anciano a sentirse joven sin recibir nada a cambio. De esta forma el anciano consiguió su propósito y volvió a disfrutar de su ansiada tranquilidad.”

La motivación en el deporte tiene 2 vertientes. Por una parte hace referencia a los motivos, al porque los deportistas actúan de determinada forma. Por otra parte hace referencia a como interpretan los deportistas sus experiencias y vivencias en el deporte.

En relación con la primera parte, con los motivos para practicar deporte nos encontramos con la motivación intrínseca y la motivación extrínseca.

La motivación intrínseca es cuando realizamos deporte porque nos gusta, nos produce placer, nos sirve para auto superarnos, o porque nos sentimos bien con nosotros mismos. Es decir, practicar deporte tiene el fin en sí mismo.

La motivación extrínseca es cuando realizamos deporte para obtener algo a cambio como dinero, fama, estatus social, etc. El fin no es practicar deporte, sino que el deporte es un medio para conseguir otra cosa.
Como podéis ver, en la historia anterior los niños estaban motivados de forma intrínseca, pero el anciano mediante sus pagos consiguió cambiar esta motivación intrínseca por motivación extrínseca. Los niños, como habían perdido de vista que jugaban porque eran felices, en cuanto dejaron de recibir dinero dejaron de jugar.

Seguramente ya os habréis dado cuenta de que esta situación es muy común en el deporte. Conozco muchos deportistas que comenzaron practicando por placer, pero cuando comenzaron a cobrar o consiguieron estatus social perdieron de vista que el deporte era lo que les hacía felices.

Hay numerosos estudios científicos que demuestran la importancia de la motivación intrínseca. Los deportistas que se encuentran motivados de forma intrínseca tienen un mayor bienestar, disfrutan más de la práctica y tienen porcentajes de abandono del deporte mucho más bajos. Con esto no quiero decir que no ganéis dinero u obtengáis fama si se os presenta la oportunidad. Mi consejo es otro. Mi consejo es que analicéis que os mueve a realizar cada actividad de vuestra vida, y que recordéis en todo momento por qué empezasteis. Por muy alto y lejos que lleguéis nunca olvidéis como y porque empezasteis.


Hasta aquí mi colaboración de hoy. Nos vemos la semana que viene con un nuevo consejo. Un saludo, Víctor.

Espero que os haya gustado la última publicación del mes de Mayo a cargo de Victor. El sábado estaré de nuevo con vosotros para despedir la semana.

Un saludo, Mikel. 

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