sábado, 25 de mayo de 2013

¿Qué quieres que te diga?

Buenos días.


En mi opinión hay dos formas de comunicarse. Puedes hablar diciendo lo que las otras personas quieren escuchar o puedes hablar lo que realmente piensas. Reconozco que hasta hace poco más de dos años no me decanté por la segunda opción.

La sociedad, el miedo o quizás la falta de madurez me llevaba a seguir el camino que seguían todos, sin dejar que mis ambiciones, mis sueños y mis intenciones se abrieran paso. Con ya 18 años tomé las dos mejores decisiones de mi vida.

La primera fue dejar mis estudios universitarios. Terminé el primer año de ADE pensando "¿y aún me quedan tres años más?" Pero aún así comencé el segundo año hasta que me di cuenta de que no eran tan solo tres años más, era toda la vida que me esperaba dedicándome a algo que para nada me apasionaba. En ese momento es cuando empecé a decir todo lo que pensaba, todo lo que me habia ido guardando...ahí se despertaron mis sueños para entrar en acción. Sabía que mi madre había hecho un esfuerzo enorme para que yo estuviera en la universidad pero yo le iba a dar un regalo aún más grande ya que dejándola de lado iba a empezar a ser realmente feliz (lo que toda madre quiere para su hijo).

La segunda fue dejar el mundo del ciclismo. No es que odie el ciclismo, ni que no aguante las bicicletas...¡ni mucho menos! Era todo lo que se había creado por mi afición lo que estaba empezando a cansarme. Entrenar día a día, competir cada fin de semana al máximo nivel no tan solo por mi satisfacción personal sino también por el equipo que estaba detrás. Esa presión con los años me hizo reflexionar, me hizo pensar si realmente valía la pena seguir así. Ya con la madurez que necesitaba y con la decisión tomada, tenía que tener el valor de comunicárselo a todas esas personas que habían estado conmigo todos esos años. No podía esconderme detrás de nadie, tenia que levantarme y gritar que me apetecía vivir de otra forma.

Con todo esto quiero decir, que no nos podemos quedar escondidos detrás de la gente, no podemos seguir el camino que nos marca de la sociedad porque si lo seguimos perdemos nuestra esencia, nuestra identidad, todo aquello que nos hace únicos.

El momento en el que te das cuenta que es aquello que te apasiona puede que sea uno de los mejores de tu vida. Aprendes a diferenciar entre lo que tú quieres y que es lo que quiere el resto, aprendes a anteponer tus sueños, a decir lo que piensas antes de complacer a los demás.

Lo mejor que podemos hacer para estar bien con los demás es respetarnos a nosotros mismos, saber qué es lo que queremos nos aporta felicidad, y esa felicidad la compartimos con todos.


"Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros"


Esto es todo por esta semana, el martes estoy de nuevo con todos vosotros.

Un saludo, Mikel.



No hay comentarios:

Publicar un comentario