Gracias al deporte por dejarme vivir momentos como el del sábado. Como ya sabéis horas antes de mi objetivo estaba un tanto confundido; llevaba 10 días sin entrenar y eso había causado en mi un sentimiento de duda y de tensión.
Con esa situación llegué a las 17:00 a la pista de Atletismo local donde todo el grupo Trilavall habíamos quedado para hacernos la foto de equipo y de ahí marchar juntos hacia la carrera.En esos momentos, ya se escuchaban conversaciones entre mis compañeros sobre posibles ritmos a los que irían mientras algunos querían bajar de 4' el kilómetro, otros se cachondeaban de que a 7' el kilómetro irían bien. Cada uno tenia su ritmo, eso estaba claro, pero ante todo se respiraba un ambiente de equipo que ayudaba a relajar posibles tensiones.
Se acercaba el momento importante. Ya con mi dorsal 381 en su sitio, todos los Trilavall empecemos a calentar por la avenida principal donde se situaba la salida y la meta. Había un gran ambiente, tanto de participantes como de público. Las conversaciones durante el calentamiento servían para hacer pequeños grupos según el ritmo; al final Corma, Aitor y yo decidimos optar por salir a 4'30'' el km. En el fondo tenía ciertas dudas, pero había que arriesgar.
Empezó la carrera. Tantos mis compañeros de grupo como yo intentamos adelantar posiciones en los primeros metros, que también sirvieron para llevar un ritmo totalmente diferente al que nos habíamos propuesto: por el km 1 pasamos en 3'50''. Íbamos muy rápido, es cierto, pero el ambiente de compañeros, de conversaciones y de risas, dejaba el sufrimiento en un segundo plano.
Cumplimos la primera vuelta (5 km) en poco más de 20 minutos. Las cosas estaba yendo muy bien. Si seguía a ese ritmo conseguiría mi mejor marca personal. Por otro lado, también pensaba que en la segunda vuelta no podría aguantar el ritmo y que el no entrenar durante 10 días me afectaría.
Tuve un pequeño bajón en el km 7, pensaba que las piernas habían dejado de responderme. Ahí fue el momento clave, sabía que estaba ante la oportunidad de mejorar mi marca y no quería dejarla pasar, quedaban 3 km y había que correr o morir.
La ayuda de Corma fue vital para afrontar los 3 últimos km con fuerza. Finalmente, tanto Aitor como Corma como yo entramos a meta cogidos de la mano con un tiempo de 40' 45''. ¡Un tiempazo!
Fue un momento increíble, una agradable sorpresa que se manifestaba en sonrisas. Ese momento tenia que compartirlo con mis compañeros y también con mi chica.
Horas después de la carrera, ya en frío me di cuenta de la poca confianza que tengo en mi mismo cuando llego a un evento sin la preparación que me hubiera gustado tener. Siempre he tenido ese defecto. También tengo que aprender a valorarme más y a no dar nada por perdido, ya que mientras hay vida hay esperanza, y en el deporte cada oportunidad hay que vivirla al máximo.
He aprendido y he disfrutado mucho de este nuevo objetivo que he conseguido. Ahora solo queda seguir adelante, hacerme una buena planificación para combinar estudios y deporte y seguir aprendiendo.
El jueves estaremos de nuevo con todos vosotros.
Un saludo, Mikel.
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