sábado, 29 de marzo de 2014

Psicología de la motivación con Alberto Alfonso

Buenas tardes, soy Miquel Orenga.


Como ya avancé en las publicaciones anteriores, hoy tengo el placer de estar acompañado por Alberto Alfonso. Alberto fue compañero de equipo el club Benicássim cuando ambos competíamos en la categoría sub-23; además es maestro de Educación Física y estudiante de Psicología. Con su experiencia como deportista de alto nivel y sus estudios, Alberto nos presenta una interesante colaboración sobre la motivación en todas sus vertientes. Hecha toda presentación, os dejo con Alberto Alfonso.

En estos tiempos en los que términos como el "coaching" están tan presentes en el mundo del deporte y la planificación deportiva, además de poder ser aplicado en otros círculos como el mundo laboral y de los negocios, es cada vez más frecuente ver empresas privadas con una numerosa oferta de cursos de este tipo que, por arte de magia, pueden convertirnos a cualquiera en gurús de la Psicología de la Motivación. Es en este ámbito en el que me gustaría centrarme hoy, desde mi humilde perspectiva como maestro de Educación Física y estudiante de Psicología y mi corta experiencia como deportista de alto nivel.

Cada vez con mayor frecuencia en el deporte en general, desde el atleta de primera fila esponsorizado por la marca de la ropa que vestimos hasta el aficionado al running que sale cada domingo por la mañana a disfrutar dando vueltas al parque, la Psicología desempeña un importante papel sin que hagamos cuenta de ello. Dejando atrás el sobreexplotado en el ámbito motivacional “Impossible is nothing” y estableciendo una relación con la filosofía que mi compañero Mikel Orenga defiende desde este blog, debemos ser conscientes de nuestras propias limitaciones a la hora de determinar nuestros objetivos. Sin embargo, ¿qué es aquello que nos motiva a la hora de calzarnos las zapatillas y tomar esa ruta para perdernos entre caminos y senderos?, ¿qué nombre ponerle a aquello que nos mantiene motivados en busca de nuestros objetivos y nos conduce a su consecución?

Si echamos mano a la bibliografía y reparamos en autores como Mark R. Lepper, Eduard L. Deci, Richard M. Ryan e incluso A. Bandura, daremos un repaso a las diversas Teorías que dan respuesta a la motivación intrínseca, es decir, a la manera activa e intencionada mediante la cual las personas ponemos a prueba nuestras competencias. Intentaremos ser lo más concisos posible e iremos al grano para resumir en pocas palabras en que se basa todo esto:

1. Teoría de la sobrejustificación: cuando comenzamos una nueva actividad, nuestro interés por ella disminuirá si la acción se convierte en un instrumento para conseguir una meta extrínseca. Por ejemplo, cuando nos decidimos a perder ese par de kilos de más que nos sobran con el único fin de parecernos a ese actor, modelo, deportista, que vemos en los medios de comunicación. Si una persona que disfruta cuidando con paciencia su cuerpo y empieza a fijarse  en el cuerpo del vecino esmerándose en que el suyo luzca mejor que el del resto, la actividad dejará de ser placentera por sí misma.

2. Teoría de la autodeterminación: se centra en la tendencia innata que nos lleva a involucrarnos  en aquellos comportamientos que despiertan nuestro interés, en lugar de aquellos que suponen una obligación. En definitiva, los seres humanos necesitamos ser autónomos e implicarnos en lo que hacemos porque queremos hacerlo. Investigadores como Moreno et. al (2007) han comprobado que los deportistas con un índice alto de determinación asumen los valores sociales y las contingencias extrínsecas (motivaciones externas) como propios, para posteriormente transformarse en valores y motivaciones personales.

3. Teoría de la evaluación cognitiva: señala que la satisfacción innata de sentirse autónomo y competente hacia una tarea incita la motivación intrínseca. Esto va muy ligado con la percepción que tengamos de nuestras propias capacidades, por ejemplo a la hora de afrontar un nuevo reto como una carrera de ultrafondo: si nos consideramos capacitados para hacerlo, será más fácil que lo consigamos que si nos sentimos incapaces.

4. Teoría de la autoeficacia: plantea que la percepción de dominio sobre la tarea determinará nuestras expectativas de éxito, a la vez que su persistencia en la ejecución y la cantidad de esfuerzo invertido. Tomemos como ejemplo dos deportistas de resistencia batiéndose a la par en busca de la línea de meta: en muchas ocasiones, factores como la preparación o la condición física, e incluso la fatiga acumulada a la que se llega el día de la competición, están tan equiparados que cualquiera de los dos podría terminar alzando los brazos al final de la recta. Y es en esa décima de segundo, en el momento en que se decide quien logrará la victoria, cuando entra en juego el papel de la motivación. Probablemente sea ese pensamiento de entre los miles que circulan por nuestro cerebro durante esos instantes, el que a falta de 200m hará percibirnos o no como ganadores.

Una vez adentrados en materia y habiendo repasado algunos de los conceptos claves en Psicología de la Motivación, está claro que toda actividad deportiva con lleva un gasto de energía y esfuerzo continuado, por lo que su persistencia en la práctica sólo es entendible si consideramos la motivación que subyace a ese comportamiento. Aunque cada persona nos motivamos por razones diferentes, los principales motivos aludidos por la población para practicar deporte o realizar cualquier actividad física son: ejercitarse físicamente, disfrutar y vivir experiencias reconfortantes, satisfactorias y estimulantes. Ahora bien, la adquisición y mantenimiento de la conducta deportiva requiere que esa actividad tenga interés y atractivo para la persona que lo ejecuta, que satisfaga necesidades, en definitiva, QUE NOS MOTIVE.

Alberto Alfonso

Espero que os haya gustado la colaboración de Alberto Alfonso. Para mi es un éxito increíble poder contar con compañeros como él al igual que con otros colaboradores, personas que no piden nada a cambio y siempre estan tratando de ayudar y hacer mejor este pequeño mundo que llevamos entre manos Victor Arnau y yo. En esta ocasión, gracias de verdad a Alberto Alfonso; las puertas para una segunda colaboración siempre estarán abiertas.

Esto es todo por hoy.

Un saludo, Miquel Orenga. 

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