miércoles, 26 de marzo de 2014

380 horas para seguir sumando

Buenas tardes, soy Miquel Orenga.


El lunes empecé esta aventura, este reto que me llevara a formarme como técnico en centros de trabajo. Cada día estaré 3 horas en el Gimnasio y 5 horas en la Piscina Cubierta Municipal de La Vall de Uxó. Hoy aprovecharé la publicación para compartir mis primeras impresiones y para destacar aquello que me sorprende en cada una de las instalaciones.

En primer lugar, empezare por el gimnasio. Reconozco que mis conocimientos sobre sistemas de entrenamiento de musculación son muy escasos, pero sí que creo que tengo una base de anatomía suficiente como para saber al menos como trabajar cada músculo. El gimnasio en la sala de maquinas tiene un sistema de trabajo interesante, ya que prestan a los usuarios unas fichas personalizadas según el nivel y el objetivo (lo cual me parece de lógica), lo que no me convence mucho es que hacen trabajar al usuario "por error", es decir, se les comunica el número de series y de repeticiones pero no el peso (que queda a elección del usuario). Según me comentan los monitores, esto se hace para evitar una posible limitación innecesaria al usuario. Por lo demás, estos dos primeros días han sido de observación, y hoy ya quiero entrar en una clase dirigida de BikeFit (cosa que nunca he hecho).

Después está mi trabajo en la Piscina Cubierta. Es una tarea totalmente diferente ya que en el gimnasio la mayor parte de los usuarios "va a su bola", no necesitan un apoyo a no ser que sean principiantes; mientras que en la piscina todos los grupos, sin importar la edad, dependen de su monitor, siempre tienen algo nuevo que aprender, siempre tienen un motivo para divertirse y siempre están intentando mejorar.

En estos días mi labor consiste en estar de apoyo al monitor titular, seguir sus indicaciones y ayudar en todo lo que pueda. Lo que más me ha sorprendido en estos primeros días es lo mucho que se puede aprender de los niños; me he dado cuenta de que no les importa llevar al limite sus fuerzas y sus energías, no les importa porque se lo están pasando en grande y tienen una hora dentro del agua para reírse, aprender y volver a reírse. Además estos niños me transmiten una humildad y una inocencia descomunal; siempre están dispuestos a aprender, te escuchan y te miran con admiración esperando que nuevo juego les espera.

Por último, los monitores me han comentado que los alumnos siempre tienen que divertirse; da igual si tienen 4 años o 16. Cada sesión tiene que tener su parte lúdica, teniendo claro que en adolescentes la vertiente técnica también tiene un papel principal.

¿Que gano yo con todo esto? Gano humildad e inocencia. Porque eso me transmiten los niños con los que comparto no una simple sesión de natación, sino risas, diversión, amistad y miradas encontradas. ¿Que me queda por aprender? Pues seguramente todo, porque tengo 380 horas para seguir sumando, para equivocarme y rectificar, para crecer como técnico deportivo y también como persona.

Si me gusta lo que estoy haciendo es precisamente por esa interacción con todo tipo de personas; de cada una de ellas intentaré extraer lo mejor, al igual que intentaré mostrar todo lo que sé para que ellos crezcan y mejoren.

Esto es todo por hoy. Muy pronto tendremos el gusto de contar con Alberto Alfonso, excompañero en el Club Ciclista Benicássim y estudiante de Psicología. Y además Victor Arnau ya esta preparando otra de sus colaboraciones en forma de vídeo que en los próximos días podréis disfrutar en nuestro canal de Youtube.

Un saludo, Miquel Orenga.

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