sábado, 14 de diciembre de 2013

Barefoot running: todo lo que deberías saber

Buenos días, soy Miquel Orenga.


En la publicación de hoy me gustaría hablar sobre el término "barefoot" y su aplicación al running. Trataré de explicar el significado de esta novedosa práctica en el mundo del deporte, de sus beneficios posturales y también de las posibles desventajas a nivel de lesiones.

En primer lugar, me gustaría que quedara claro el concepto de "barefoot". Barefoot es un término inglés que se traduce como "descalzo" y por tanto "barefoot running" consiste precisamente en eso, en correr descalzo sin la ayuda de las zapatillas o deportivas tradicionales. De esta forma los pies y las diferentes articulaciones tienen vía libre para hacer el movimiento natural.

Los entendidos o los defensores del barefoot argumentan que las zapatillas con su diseño para la amortiguación, el control y el soporte, solo hacen que modificar nuestra movimiento natural al andar o correr, alterando la postura del cuerpo al correr y haciendo trabajar a los músculos de forma poco eficiente.



En segundo lugar, me gustaría hablar sobre los beneficios del barefoot running y sus comparaciones con correr con deportivas convencionales.

Antiguamente el hombre andaba, corría y vivía sin sistemas de soporte en sus pies. Con la introducción de las deportivas, se hizo a nuestro cuerpo vago, realizando movimientos menos efectivos. Las deportivas modifican nuestro movimiento natural al correr, nos obligan a entrar con el talón y eso conlleva impactos constantes en las rodillas.

El barefoot nos desplaza ligeramente el centro de gravedad al correr (hacia adelante) y esto hace que el pie esté en una situación más relajada y que el aterrizaje sea más gradual, ya que tenemos mucha más sensibilidad y control sobre nuestro cuerpo. Además, al correr sin la comodidad de las deportivas, obligamos a los músculos de los pies y de las piernas a trabajar para absorber el impacto y lanzar el impulso. Al ser un movimiento más natural, todo el cuerpo se ve involucrado en el proceso, realizando así un trabajo más completo con un esfuerzo más distribuido.

Visto hasta aquí parece que el barefoot running tenga muchas ventajas y anima a practicarlo. Pero aun así hay algunas contras que me gustaría comentar, sobre todo para recomendar a los "valientes" a realizar un cambio gradual y no radical, en caso de querer empezar en el barefoot.

Obviamente al correr descalzos, exponemos a los pies al terreno por el cual estamos yendo, a las piedras, golpes, roces y cortes. Para evitar en gran parte todo esto, deberemos curtir el pie en un proceso lento y costoso, y aunque la fortaleza de éste mejore nunca estaremos a salvo de las heridas al 100%. Además con esta práctica podemos dañar el tendón de Aquiles, la planta del pie y los gemelos (puesto que trabajan más estirados de lo habitual).

Para la gente que se pregunte, ¿por donde puedo empezar? Yo les recomendaría que tuvieran claro que nuestros pies son mucho más débiles de lo que creemos puesto que siempre hemos estado bajo la comodidad de la deportiva, por ello, el entrenamiento debería empezar de forma gradual. Al inicio del proceso se debería entrenar por terrenos suaves (césped o playa), para ir fortaleciendo el pie poco a poco. En estos terrenos se puede correr perfectamente sin la necesidad de una deportiva, y una vez pases al asfalto o la montaña existen deportivas barefoot para seguir en el proceso gradual de iniciación.


Por último, para todos aquellos que esta semana habeis echado en falta a Victor Arnau, decir que se ha tomado unas pequeñas vacaciones en el blog para centrarse en sus estudios. Volverá con sus colaboraciones en 10 o 12 días. 

Hasta aquí mi publicación de hoy. Os dejo que me esperan un par de horas por la montaña, eso sí, yo con calzado.

Un saludo, Miquel.

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