sábado, 20 de julio de 2013

Galletas de chocolate

Buenos días.



¿Galletas de chocolate? Pensareis. ¿Pero esto no era un blog de deporte, de encontrar la felicidad? Puede que dudéis. Pero es que resulta que detrás de cada galleta de chocolate se encuentran un montón de historias. Puede que leyendo la publicación lo entendáis un poco mejor.


No sigo las normas. No soy un deportista modélico y para nada perfecto. Sí, es cierto, puede que pueda correr durante horas, levantarme a las 6 de la mañana solo para encontrarme solo en la montaña...pero eso no me hace diferente. No sigo las normas simplemente porque la relación deporte y comida sana no es lo mío, a mi lo que realmente me apetece después de correr un par de horas es abrir ese paquete de galletas de chocolate que me encanta y comerme las galletas que quiera, sin pensar si engordan o no, si me sentaran bien o no...simplemente me las como, porque después de disfrutar corriendo, también quiero disfrutar comiendo.

Vuelvo a repetir que no soy ningún modelo a seguir, simplemente muestro una faceta más. Amo y odio el orden, lo planificado. Me gusta tener las cosas bajo control pero al mismo tiempo me encanta cometer locuras para demostrarme que sigo vivo, que estoy aquí y que me quedan muchas cosas por hacer.

En la alimentación me pasa lo mismo, tenemos una historia de amor con contradicciones. Hay días que me da por comer hierbas (brocoli y cosas así) y otros por comerme cualquier cosa. Esto no significa que este todos los días comiendo mal, ni este todos los días con las llamadas "guarrerías". Simplemente me doy el premio o el capricho después de cada entrenamiento sin pensar en las consecuencias, o ¿acaso después de "disfrutar-sufrir" en el entrenamiento me voy a poner a contar calorías? Venga va, lo respeto pero no va conmigo.

Después de esta reflexión, con la que me he quedado muy a gusto, os comento un poco como ha ido la semana o mejor dicho mi último entrenamiento.

Ayer salí con mi primo Fede a correr, a correr a las 18:30 con lo que eso representa, calor y más calor. Salimos de Alfondeguilla y llevábamos un buen ritmo, sin parar de correr por las sendas hasta que se nos ocurrió entrar por una senda que no conocíamos. Al final la senda no era senda, solo un barranco por el que solo el agua va bien. Pero bueno, había que salir de allí y no se podía volver a atras. Despues de rampas y mas rampas y de alguno que otro corte en las piernas lleguemos al camino. En definitiva poco más de una hora por la montaña de lo más divertida.

Para la próxima semana mi primo ya me ha liado para coger la bici y el próximo domingo haremos una pequeña marcha (140 km) entre La Vall d'Uixo y Montanejos. Para ello habra que entrenar, y todo ello se verá reflejado en el blog.

Hasta el martes, Miquel.

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