viernes, 2 de enero de 2015

Objevitízate



Objevitízate. Sí, creo que me acabo de inventar esta palabra, más que nada porque me sale como subrayada en rojo y eso creo que no es muy buena señal. O sí, depende de cómo se mire, y como yo soy de mirar el lado de las cosas voy a ver si le doy sentido y significado a la palabra.

Objevitízate: proceso mediante el cual una persona esta dispuesta a plantearse objetivos y a luchar por ellos. ¿No esta mal la definición, verdad? Voy a ver si le saco un poco más de jugo.

Me marco objetivos, sí. Pero no el típico objetivo de “algún día tengo que hacer un maratón” o “algún año me tengo que preparar el camino de Santiago”, eso NO. Son objetivos con nombre y apellidos, y también con fecha de caducidad. Me gustan los objetivos a corto o medio plazo porque ofrecen la oportunidad de desarrollar mi habilidad y me permiten explorar diferentes variantes de mis gustos.

Por decirlo de alguna manera, me planteo la vida a tramos sin olvidar su globalidad. Aunque el objetivo marcado modifique de una manera muy importante el camino a recorrer, no me gusta olvidar que es precisamente ese camino el que me aporta la felicidad. Hay que recordar que la felicidad debe ser nuestra forma de vida y que no vale la pena vivir de felicidades fugaces. Esto implica vivir el día a día al máximo, mirando las horas como un reto para superarnos a nosotros mismos.

Superación. Esta palabra me viene genial para volver a mi palabra. Los objetivos tienen mucha importancia porque nos permiten superarnos pero, ¿de verdad creéis que todos los objetivos lo permiten? No, esos objetivos deben cumplir unos requisitos. Lo primordial es que sean “alcanzables” y que tengan “nombre y apellidos”. Hay que marcarse en un calendario el día y la hora exacta a la que tenemos que hacer frente al objetivo; de esta forma obtendremos la motivación necesaria para prepararnos debidamente y disfrutar del camino.

¿Qué más puede influir en nuestra motivación? Que el objetivo sea alcanzable. Esto no significa que debe ser fácil, sino todo lo contrario, debe tener su grado de complicación para exigirnos al máximo. Si llevamos meses obteniendo un 7 en Geografía, no hay que ir a por el 10, hay que ir a por el 7.5. Si completamos 10km en 45 minutos, hay que bajar a 44. La clave esta en dar cada paso lo mejor posible, como dice algún sabio “no te digas a ti mismo voy a construir el muro mas increíble y perfecto del mundo, sino que debes decirte voy a colocar este ladrillo de la manera más perfecta que se pueda colocar, y haz eso todos los días”.

Y por favor, no te pongas excusas y no fracases. De hecho creo que dentro del término “objevitízate” voy a tachar dos palabras: fracaso y excusa.

No hay excusas cuando lo que te planteas hacer es aquello que te apasiona. Porque si te pones excusas, ¿Para que lo haces? Dedícale tiempo, ganas, esfuerzo, paciencia y constancia. Llena tu mente de pensamientos positivos que te acerquen a tu objetivo y por favor, NO TE PONGAS EXCUSAS.

Y por último no existe el fracaso. Solo existen baches que nos deben ayudar a coger mayor impulso para el siguiente reto. Si no lo consigues, plantéate otro reto, dedícale más tiempo, más esfuerzo…haz el trayecto hacia el objetivo de una forma diferente. Piensa que si siempre haces lo mismo, obtendrás lo mismo.

Empieza el año, empieza el reto. 

Un saludo y feliz año nuevo, Miquel Orenga.

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