sábado, 12 de abril de 2014

El poder de los pequeños detalles

Buenas tardes, soy Miquel Orenga.


En la publicación de hoy quiero aprovechar para hablar de aquellas pequeñas cosas que producen grandes cambios en nuestro rendimiento, en nuestra motivación y también quizás en nuestro resultado. Es importante que esos pequeños detalles no pasen inadvertidos, ya que si los cogemos como una fuente de energía nos pueden dar ese plus que necesitemos en un momento concreto.

En primer lugar quiero hablar de la importancia de las palabras. "Ya verás como sale todo bien", "estoy muy orgulloso/a de ti", "demuestra lo que vales"...frases que cobran mucho más sentido si vienen de un familiar o de un amigo y que, en mi caso, además de darme ese plus de confianza, también me transmite cierta presión para no fallar. Y con eso no me refiero a cumplir con el objetivo sí o sí, sino al menos a dejarme todas las fuerzas en intentarlo, sabiendo que si eso ocurre, ya me puedo ir con la consciencia tranquila a casa.

No solamente las palabras que nos dicen pueden cobrar un sentido especial, sino que también las palabras que nos digamos nosotros mismos tienen una importancia vital en el transcurso de cualquier objetivo. Queda claro que una vez se da el pistoletazo de salida a esa carrera a la que nos vamos a enfrentar, en ese momento, ya estamos solos...solos ante la oportunidad de demostrarnos que hemos entrenado y hemos disfrutado, para también poder disfrutar hoy. Por eso, todas las posibles palabras de ayuda en los momentos previos a la carrera, tenemos que guardarlas y tenerlas presente, sin olvidar a los que nos enfrentamos.

Sin embargo una vez hemos arrancado estamos solos; aunque haya decenas de personas corriendo a nuestro lado, estamos solos. Porque en nuestra cabeza no importa quién pueda estar a nuestro lado, solo importa confiar en nosotros mismos, saber como regularnos, lo que queda de carrera y lo que estamos dispuestos a dar. Es en esos momentos de soledad cuando ciertas palabras tienen que resonar en nuestra cabeza: "Vamos, que lo estás haciendo bien", "ya va quedando menos", "parece que va todo bien", "me encuentro genial". Es muy importante automandarse mensajes positivos para que el ánimo y la confianza no decaiga, y para que el estado mental transfiera una energía positiva al estado físico.

En conclusión, las palabras tienen importancia en dos vertientes: la primera proviene de aquellas personas importantes para nosotros, y la segunda proviene de nosotros mismos y de nuestra capacidad para encontrar el lado bueno en cualquier situación.

Por otro lado, otro pequeño detalle que al menos en mi caso hace que tenga un plus de energía, es el aplauso. Para los que compartáis la afición por las carreras de montaña, sabéis lo increíble que es encontrarse a grupos de personas en cualquier lugar del recorrido esperando a que pases, y aún sin probablemente conocerte, regalarte unos aplausos y unas palabras de ánimo. Esos aplausos de personas desconocidas aportan el conocimiento de saber que estas ahí, donde te habías propuesto, intentando dar lo mejor para disfrutar todo lo posible.

Pero si para mi existen unos aplausos con una energía increíble son aquellos que preceden a la línea de meta. Es ahí cuando las personas importantes de mi vida me esperan ver llegar, para con una mirada y cientos de aplausos empujarme a cruzar la meta. Y por último, os hablaré de mi pequeña costumbre que no es otra que la de aplaudirme a mi mismo cuando estoy a escasos metros de la meta. Esos aplausos dicen que lo he hecho bien, que he dado todo lo que podía y dar, y que he cumplido con aquello que me había propuesto.

Como veis los pequeños detalles pueden crear grandes historias, buenas sensaciones y mejores resultados; por eso es importante tener claro que cualquier palabra o cosa positiva que podamos absorber nos ayudará en el camino hacia nuestros objetivos.

Esto es todo por hoy. ¡Nos espera un mes de Abril apasionante!

Un saludo, Miquel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario