viernes, 13 de marzo de 2015

Aprendiendo enseñando por Pedro Zorrilla

¡Pim!¡Pam!¡Pim!¡Pam!...Puede parecer monotono, pero no lo es. Es todo lo contrario, porque estos sonidos tan simples nos hicieron pasar 6 horas delante de la televisión esperando a que un tal Rafa se proclamara campeón. Además estos sonidos han acompañado y lo siguien haciendo la vida del invitado de hoy: Pedro Zorrilla. Nunca habíamos hablado de tenis en el blog y hoy él lo hara como nadie.

Hola, soy Pedro Zorrilla, tengo 21 años y estudio 4º del Grado de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universitat Jaume I. Además, soy entrenador de tenis en la Academia del Club de Tenis Uxó, y en mis clases he tenido desde niños con tan sólo 2 años, a tenistas veteranas de más de 50 años. De todos ellos, sigo aprendiendo enseñando.


Hoy voy a contaros mi vida alrededor de la raqueta, de mi pasión por el tenis, y de cómo lleva este deporte y mis pequeños alumnos, a sobrecargarme —positivamente— de felicidad en mi día a día dentro de las pistas.

Mi afición por el tenis viene de lejos, tenía sólo 3 años cuando mi padre —jugador veterano y más que respetado de frontenis— me regaló mi primera raqueta, una Wilson roja y negra casi más grande que yo. Ya daba mis primeros golpes a la ‘sartén’, cuando me di cuenta de que este deporte había ganado un seguidor más. Posiblemente, ayudó el buen ambiente que reinaba, unos magníficos compañeros, y como no, unos entrenadores muy profesionales y muy cercanos. Recuerdo la cantidad de grandes y magníficos entrenadores que han pasado por ‘mi’ pista; desde el mismo Vicen, director de la academia de tenis, pasando por Dionisio, Migue, David Prats, Julio Pifarré, Magda, Inma Romero, MªRosa Tel, Pedro Villena, Natxo Albiol, entre otros, que tal vez sean desconocidos para algunos, pero que para mí han contribuido no sólo a enseñarme a jugar al tenis, sino a formarme como persona. De cada uno guardo un magnífico recuerdo, —e incluso una gran amistad— pues todos ellos han aunado para que a día de hoy sea la persona que soy, tanto dentro como fuera de la pista.

Al largo de los años he jugado, he aprendido y he disfrutado del tenis, mejorando año a año, compitiendo y conociendo los entresijos del deporte rey de la raqueta. Fue a los 14 años, cuando mi entrenador y director de la Academia de Tenis Uxó, Vicen García, confió en mi para ayudarle a impartir clases de mini-tenis (niños de 4 y 5 años), de estos primeros años, mi gratificación venía directa al ver una sonrisa en un alumno sólo por darle a la pelota y pasarla de la red. Con el apoyo de Vicen, y el conocimiento como entrenador que iba adquiriendo, me iniciaba en un reto personal de mejora clase tras clase. Lo que en un principio era ‘tirar pelotas a los niños’, se convirtió en clases donde niños más avanzados y adultos entraban en la pista con ganas de aprender más y perfeccionar su nivel, y donde tocaba poner en práctica lo que mis antiguos entrenadores me impartieron en mis años como jugador, y sobre todo, formar a los que ahora eran mis alumnos.

Desde bien pequeño, raqueta en mano, he ido aprendiendo no sólo en la práctica, sino también, de los valores que trae consigo el tenis. Y creo, que es una obligación el tener como cuna en los tenistas, una buena base donde se forjen los verdaderos e importantes valores de este deporte, y nuestra academia los cumple a la perfección.

Y es que no podemos concebir un mundo sin nuestra pasión —el tenis—, pero tampoco debemos olvidar la importancia de la educación, seguir formándonos y aprendiendo en lo que nos apasiona, nos gusta y nos inquieta. Nelson Mandela decía que “la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Precisamente, la Academia de Tenis Uxó, nació con el objetivo de educar y transmitir a los más pequeños hábitos de vida saludables y una disciplina deportiva enfocada a mejorar sus capacidades y su nivel de compromiso. El trabajo y el esfuerzo son las herramientas que, nosotros como entrenadores, ponemos al alcance de los peques para que sea una constante en su vida. Es importante tener en cuenta que el deporte por sí solo no educa el deportista, son los entrenadores, los padres y el entorno deportivo, los responsables y principales protagonistas de que esto suceda, por lo tanto una combinación bien estructurada de estos elementos es fundamental en la formación personal, profesional, y deportiva del jugador.

En nuestra academia, desde el inicio, no solo instruimos sobre técnicas, sino que educamos a nuestros jugadores con valores —esfuerzo, superación, educación, compañerismo, entre muchos más— desde un punto de vista deportivo, iniciándoles en un nivel elemental y enseñándoles a crecer en habilidades para que desarrollen herramientas para enfrentarse a situaciones que van a definir no sólo en los partidos de tenis, sino también, lo cotidiano y en sus vidas.

A mí el tenis me da vida, me da felicidad y me da ganas de seguir aprendiendo enseñando.


En Pedro se refleja claramente lo importante que es absorber todo aquello positivo que nos rodea porque al fin y al cabo, serán esos momentos los que nos haga un poco más felices. Quiero agradecer a Pedro su voluntad, sacar tiempo de debajo de las piedras para poder compartir con todos vosotros su pasión por el  tenis.

Un saludo, Miquel Orenga. 

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