domingo, 21 de diciembre de 2014

Gracias a mí



Somos lo que somos, venimos de donde venimos y creemos en lo que creemos. ¿Qué obvio no? También puede parecer obvio pensar en “¿en quién voy a creer más que en mi mismo?”; pues aun así hay gente que todavía piensa que el destino existe o que hay un Dios que nos manda toda la mierda o toda la suerte.

Sí, es posible que exista la suerte, no digo que no. Pero como dijo el gran Emilio Duró “pensamos que el universo esta recogiendo mierda durante miles de años para enviárnosla finalmente a nosotros”. Me explico. Si algo nos va mal, nos va mal por una serie de motivos y NO porque tenemos mala suerte. Si yo preparo un examen de cierta forma, estudiando unas determinadas horas y finalmente suspendo, ¿Qué tendré que hacer en el próximo examen? Pues obviamente no repetir el mismo proceso. Si seguimos haciendo lo mismo, obtendremos lo mismo.

Quiero decir. No podemos culpar a la suerte de que las cosas nos salgan mal ya que muchas veces nos acomodamos y pensamos que los resultados vendrán sin esfuerzos. Eso no es así; si quieres mejorar debe haber un cambio constante, hay que tener la capacidad de rectificar y sobre todo hay que ser sincero con uno mismo.

Nos esforzamos y no lo conseguimos porque hemos tenido mala suerte. Nos esforzamos más y lo conseguimos gracias a Dios. Sí, es posible, pero es poco probable.

Los milagros no existen. Existe el compromiso, la paciencia, el esfuerzo, la dedicación, la pasión y la motivación para cumplir nuestros sueños. Todo eso sí que depende de nosotros mismos, sí que podemos hacer variar el resultado cambiando nuestra forma de afrontar esos conceptos, sí que podemos ser mejores creyendo en nosotros mismos.

¿Tanto cuesta creer en uno mismo? Vale, acepto que la gran mayoría necesitemos a una persona/s a nuestro lado que nos de un consejo, un abrazo, un “veras como sale bien”…pero el 90% restante nos pertenece a nosotros. Al fin y al cabo somos nosotros quienes saltamos al ruedo, quienes debemos arriesgarlo todo por nuestros sueños. Debemos ser egoístas en ese sentido, sabiendo que la ayuda de los demás nos puede venir muy bien, pero que lo más importante en confiar en nosotros mismos.

Gracias a mí. Porque si he conseguido aprobar el examen es porque he estudiado lo suficiente, si he logrado completar una media maratón es porque he entrenado y si he conseguido cumplir mis sueños es porque he creído en ellos.

No hay más. No hay suerte, no hay milagros, no hay un Dios…solo somos nosotros (y nuestra actitud) los que podemos hacer variar los resultados.

Hay que confiar en nuestras posibilidades, hay que creer en nosotros mismos, hay que aprender a valorarnos por lo que somos y por lo que hacemos. No hay más.

Un saludo, Miquel Orenga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario