El pasado domingo 24 de Marzo complete mi cuarto objetivo
para esta temporada: XV Subida a Pipa. Una carrera de montaña de 17 km de
recorrido y 900 metros de desnivel positivo acumulado.
La salida se daba a las 9 y yo, un poco nervioso y algo
más solitario que de costumbre, llegaba a las 8 a las instalaciones de la pista
de atletismo de La Vall d’Uixo. Era la primera vez que participaba en una
carrera de montaña sin la compañía de mi primo, y en esos momentos, se nota. Recogía
el dorsal “529”, era el momento de cambiarse y empezar a calentar. Fue un
calentamiento extraño, sin nadie con quien comentar esas últimas sensaciones y
compartir inquietudes pero bueno, al fin y al cabo, en la montaña también estás
solo y tienes dos opciones: correr o correr.
Se daba la salida y empezaba el primer tramo de la
carrera con poco más de 2 km de llano. Estaba bien situado y con buenas
sensaciones para encarar la subida. Empezaban las primeras rampas de Pipa y
quise ser conservador y escogí andar rápido antes que correr. En la montaña hay
que tomar decisiones rápidas y sobre todo hacerle caso al cuerpo en todo
momento.
Durante la subida me encontré bien, aunque quizás me
faltaba esa chispa por no haber entrenado lo suficiente. Llegué a la cima entre
vómitos y tocaba encarar la bajada. Reconozco mi poca habilidad en la bajada
pero aún así intenté mantener un ritmo constante y vivo.
Prácticamente los últimos 10 km de la carrera eran para
correr y eso hice. Quizás no a un ritmo muy alto pero con la consciencia
tranquila. Fueron 10 km muy largos, momentos en los que te preguntas “¿Qué hago
yo aquí perdido por la montaña?”. Sinceramente lo pase mal pero todo fue
recompensado en el último kilometro y medio.
Me acercaba a la pista de atletismo con esos últimos
metros en los que cada vez ves a más gente aplaudiendo y personas que siempre
tienen unas últimas palabras de ánimo. Entré en la pista de atletismo y con la
mirada solo buscaba a mi chica y a mi madre, esas que nunca me fallan. Al
verlas, pude sonreír por fin, dedicarme unos aplausos a mi mismo por el
esfuerzo.
Había cruzado la meta en 2 horas y 10 minutos en la
posición 195 de más de 500 participantes, ¿acaso tenia algún motivo para estar
enfadado o triste? Para nada. Cruce la meta muerto, es cierto, pero no cambio
por nada las sensaciones que tuve una vez todo había acabado: felicidad,
emoción, sonrisas…estaba y estoy orgulloso de lo que hice.
Con la publicación de hoy también quiero aprovechar para dar mi enhorabuena a Julia Fuertes, que nunca había participado en una carrera así y la consiguió completar en poco más de 3 horas y media. También dar la enhorabuena a mi compañero del Trilavall, Jose Vicente Casanova, por completar la prueba en 2 horas y 1 minuto.
Para despedirme decir que he pasado un fin de semana increíble, he disfrutado de todo aquello que me gusta hacer y he cargado las pilas de motivación para seguir corriendo, pedaleando o nadando. Así que a seguir entrenando y buscar un nuevo reto para el mes de Abril.
Un saludo, Mikel.
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