Somos lo que somos, venimos de donde venimos y creemos en
lo que creemos. ¿Qué obvio no? También puede parecer obvio pensar en “¿en quién
voy a creer más que en mi mismo?”; pues aun así hay gente que todavía piensa
que el destino existe o que hay un Dios que nos manda toda la mierda o toda la
suerte.
Sí, es posible que exista la suerte, no digo que no. Pero
como dijo el gran Emilio Duró “pensamos que el universo esta recogiendo mierda
durante miles de años para enviárnosla finalmente a nosotros”. Me explico. Si
algo nos va mal, nos va mal por una serie de motivos y NO porque tenemos mala
suerte. Si yo preparo un examen de cierta forma, estudiando unas determinadas
horas y finalmente suspendo, ¿Qué tendré que hacer en el próximo examen? Pues
obviamente no repetir el mismo proceso. Si seguimos haciendo lo mismo,
obtendremos lo mismo.
Quiero decir. No podemos culpar a la suerte de que las
cosas nos salgan mal ya que muchas veces nos acomodamos y pensamos que los
resultados vendrán sin esfuerzos. Eso no es así; si quieres mejorar debe haber
un cambio constante, hay que tener la capacidad de rectificar y sobre todo hay
que ser sincero con uno mismo.
Nos esforzamos y no lo conseguimos porque hemos tenido
mala suerte. Nos esforzamos más y lo conseguimos gracias a Dios. Sí, es
posible, pero es poco probable.
Los milagros no existen. Existe el compromiso, la
paciencia, el esfuerzo, la dedicación, la pasión y la motivación para cumplir
nuestros sueños. Todo eso sí que depende de nosotros mismos, sí que podemos
hacer variar el resultado cambiando nuestra forma de afrontar esos conceptos,
sí que podemos ser mejores creyendo en nosotros mismos.
¿Tanto cuesta creer en uno mismo? Vale, acepto que la
gran mayoría necesitemos a una persona/s a nuestro lado que nos de un consejo,
un abrazo, un “veras como sale bien”…pero el 90% restante nos pertenece a
nosotros. Al fin y al cabo somos nosotros quienes saltamos al ruedo, quienes
debemos arriesgarlo todo por nuestros sueños. Debemos ser egoístas en ese
sentido, sabiendo que la ayuda de los demás nos puede venir muy bien, pero que
lo más importante en confiar en nosotros mismos.
Gracias a mí. Porque si he conseguido aprobar el examen
es porque he estudiado lo suficiente, si he logrado completar una media maratón
es porque he entrenado y si he conseguido cumplir mis sueños es porque he
creído en ellos.
No hay más. No hay suerte, no hay milagros, no hay un
Dios…solo somos nosotros (y nuestra actitud) los que podemos hacer variar los
resultados.
Hay que confiar en nuestras posibilidades, hay que creer
en nosotros mismos, hay que aprender a valorarnos por lo que somos y por lo que
hacemos. No hay más.
Un saludo, Miquel Orenga.
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