Buenas tardes compañeros, soy Víctor
Arnau.
En la colaboración de hoy me gustaría
hablaros de la dieta paleolítica. He de decir que la primera vez que leí sobre
ella tenía mis reservas sobre lo saludable que podía llegar a ser. Sin embargo,
tras profundizar en mis investigaciones, tras evaluar los pros y los contras, y
tras decidirme a probarla he de decir que es uno de los elementos que más bien
está haciendo a mi vida en los últimos tiempos. Puedo afirmar sin ninguna duda
que me encuentro mejor que nunca a nivel físico, mental y de energía. Y es que
esto último es la clave, la energía, en esta colaboración veremos porque.
En primer lugar vamos a definir lo que
es la paleodieta. Este tipo de dieta se basa en adaptar nuestros hábitos
alimentarios y acercarlos a lo que comían nuestros antepasados durante el
Paleolítico, cuando el hombre se dedicaba a cazar y recolectar y aun no
existían la ganadería o la agricultura. Los expertos en este tipo de dieta
consideran que nuestro organismo no está debidamente preparado para digerir y
absorber los nutrientes de los productos procesados actuales, como los
cereales, las legumbres, la leche o las carnes grasas. A causa de su consumo
surgen muchas de las enfermedades contemporáneas, así como los grandes problemas
de obesidad con los que nos encontramos en la actualidad.
Aquí es donde surge el problema, y
muchos de vosotros diréis: ¿No están las legumbres y los cereales en la base de
la pirámide alimentaria? ¿No recomiendan los médicos su consumo diario? Pues
sí, aquí es donde me gusta decir a mí que nos están vendiendo la moto. Vamos a
reflexionar un poco sobre los hidratos de carbono, aunque no es un tema
sencillo. No sé si sabréis que los hidratos de carbono se clasifican en función
de su índice glucémico, que está relacionado con la rapidez con la que se
absorben. Por tanto, los cereales, la pasta o el azúcar que tienen un índice
alto se absorberán rápidamente, mientras que las verduras, hortalizas y
determinadas frutas tienen un índice bajo, por lo que tardarán más en
absorberse. Ahora es donde muchos podríais pensar que cuanto más rápido se
absorba el hidrato antes podremos disponer de la energía que nos proporciona,
pero no es así. No es así porque cuando comemos hidratos de carbono con índice
glucémico alto se libera insulina, que baja los niveles de azúcar en sangre,
por lo que se podría decir que nos chupa la energía.
¿Habéis probado alguna vez a comeros
una gran ración de arroz, cereales, legumbres o comida rápida? ¿Cómo os sentís
después? Estoy seguro de que no tenéis ganas de hacer nada, y no hablemos ya de
si encima nos toca hacer deporte. Nos sentimos pesados y sin energía. ¿Qué pasa
en cambio, después de disfrutar de una comida a base de verduras, carne magra y
fruta? Estoy seguro de que después nos sentimos mejor. La razón es que en la
segunda comida no se libera insulina, ya que los niveles de azúcar no suben tan
rápidamente.
Os lo puedo prometer, desde que he
orientado mis comidas hacia una dieta paleolítica tengo energía en todos los
momentos del día. Esto se ha traducido en un mayor rendimiento a todos los
niveles, incluido a nivel deportivo. Antes, cada día después de comer, tras
darme un atracón de pasta o arroz debía pasar una hora tumbado en el sofá y la
verdad es que no tenía ganas de hacer nada. Ahora me siento mucho más ligero y
activo, y aunque acabe de terminar de comer tengo ganas de hacer cosas.
Ahora viene la pregunta del millón
¿Debemos eliminar por completo de nuestra dieta todos los alimentos que hemos
nombrado? Pues te diría que depende. Yo no eliminaría los cereales, la pasta y
el arroz, sino que los usaría después de hacer ejercicio físico, cuando
nuestras reservas de glucógeno en los músculos son más bajas y necesitamos
reponer energía. Si eliminaría o sustituiría en cambio la leche y sus
derivados; podemos beber leche de soja o leche de almendra, que también nos
aportan calcio, vitaminas y nutrientes y en cambio no presentan los
inconvenientes de la leche de vaca. También eliminaría por completo las carnes
grasas, los azucares simples, la comida rápida y la comida procesada
industrialmente.
Por tanto, en mi opinión la cosa
quedaría así:
Alimentos básicos en nuestra dieta:
Frutas, verduras, carnes magras, pescados, huevos, frutos secos, aceite de
oliva y especias.
Alimentos que conviene reducir o
restringir a determinados momentos: cereales en todas sus formas (pan, pasta,
arroz, trigo, etc)
Alimentos que conviene eliminar: leche
de vaca, azucares simples, alimentos procesados industrialmente, carne grasa,
comida rápida, refrescos, alcohol, sal.
Creo que he tocado el tema de forma
superficial solamente, así que es probable que en futuras colaboraciones
profundicemos mas, veamos ejemplos de comidas y adaptemos esta dieta a los
deportistas.
Por ultimo me gustaría dar las gracias
a todos los seguidores por este increíble mes de Octubre en el que estaremos
cerca de las 2400 visitas al finalizar el día.
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