Como adelanté el jueves, hoy tenemos preparada una nueva entrega del espacio "Born to run". Después de algún mes sin ningún protagonista en el día de hoy tenemos a Aitor Acacio. Aitor es un joven de 21 años, compañero del club Trilavall y residente en Quart de Les Valls (Valencia). Este año ha completado algún que otro duatlón, triatlón y se ha atrevido a competir en 2 Medio Ironman's. En el día de hoy quiere compartir sus experiencias y hablarnos sobre lo que significa entrenar para tres modalidades distintas.
LIFE IS
A CHALLENGE AND TRIATHLON IS MY LIFE
“El que quiere siempre encuentra una razón, el que no
quiere siempre encuentra una excusa”
Muchas veces la gente tiene curiosidad por lo dura que te ha resultado una
prueba, cuanto te ha costado, la distancia que has recorrido o el récord en una
prueba. Pero poca es la gente que te pregunta sobre el entrenamiento.
Sobre esos días en invierno de viento cortante, frío y lluvia
en los que cualquier persona se puede permitir decir: “no voy a entrenar, que
llueve y hace frío” o “con este tiempo no apetece ni salir de casa para ir al
gimnasio, que de hecho es cubierto”, pero te toca salir porque no puedes perder
un día de entreno ya que eso conlleva perder días de descanso. Así que
chubasquero en mano y a correr. O esos días de verano, a 38ºC sin una gota de viento, o
si lo hace justo es cuando te toca salir con bici y vayas en la dirección que
vayas siempre te pega de cara, pero te tocan 90 km en bici y no queda más que
apretar los dientes y hacerlos.
Nunca olvidaré mis dos primeros MEDIOS IRONMAN, el de
Canet d’en Berenguer y el de Valencia LD porque han sido unos meses muy duros
de entrenamiento. Meses de no ver casi ni a la familia. Meses de salir de la
Universidad e ir directo a la piscina, para que al acabar no fuera muy tarde y
diese tiempo a correr un poco antes de cenar. Meses de tener entrenamiento de fútbol y aprovechar las
horas de 16:00 a 19:00 para nadar o salir con bici para compensar el correr del
entrenamiento de fútbol. Tiempo en el que mi madre no para de lavar ropa, y el 90%
de esa ropa es de entrenamiento.
Pasar de verte los pies relativamente cuidados a no poder
tocártelos. A tener que ir con deportivas anchas por la calle porque tiene
tantas ampollas que te escuece hasta dormir. De llegar a tener ampollas encima
de otras ampollas aun por curar. De ir al podólogo y tener que llamar para que
viniesen a recogerme porque no podía conducir.
Todos esos días, el dinero que gastas tanto en los pagos
de la piscina, mantenimiento de la bici, etc son los esfuerzos que normalmente
no se ven. Aunque no lo parezca el triatlón es uno de los deportes más caros de
practicar, pero cuando los demás están los sábados de fiesta en las discotecas
o verbenas tu estas durmiendo a las 23:30 porque al día siguiente el
despertador suena a las 6:45 para salir con bici.
Pero cuando llega el día, todo eso se vuelve relativo,
todo depende de cómo te encuentres ese día, de accidentes que están fuera de tu
control (por ejemplo, la caída que sufrí en Canet en la segunda Transición al
bajar de la bici. O la rotura del acople del manillar a falta de 50 km de
bicicleta en el Valencia LD). Todo depende de tener suerte, y si tienes suerte,
entonces cuenta el entrenamiento. Ya que la suerte no la podemos controlar,
entrenamos todo lo que se puede.
Yo acabo todos los triatlones, sean cortos o largos
reventado, y eso es lo que para mi cuenta. Esforzarse al máximo en cada cosa
que se hace, entrenamientos, competiciones, estudios, trabajo… Cuando te
esfuerzas al máximo no importa el resultado, solo importa estar satisfecho con
el esfuerzo que has realizado teniendo claro que no podías dar más de ti.
En los dos medios ironmans hice casi el mismo tiempo, 5h
17’ 09” en el de Canet y 5h 17’ 04” en el de Valencia LD y a pesar de hacer más
tiempo en el de Canet, quedé mejor clasificado. Pero no importa la
clasificación si sabes que no has podido dar más. En Canet pequé un poco de
novato y pese a eso quedé el 1º en sub23-M y en Valencia LD me salió mejor y
quedé el 3º en sub23-M. Pero aun así tuve claro que aunque hubiese quedado el
500 de 502 en la general, el entrenamiento, los días de lluvia y frío sin dejar
de entrenar y el dinero invertido habían valido la pena, porque lo di todo en
cada brazada, en cada pedaleada y en cada paso.
La mayoría de veces, aunque te acompañen padres,
hermanos, pareja, compañeros de equipo... la carrera la recorres tu solo, y te
puedes sentir superado, abandonado, muy solo; pero hay que tener capacidad de
sufrimiento, capacidad de esfuerzo y de superación, tanto en los triatlones,
como en el deporte y la vida. Para mejorar hay que esforzarse, y el esfuerzo
implica sufrimiento.
Finalmente, solo se trata de prosperar y de superarse. De
no dejar que la pereza supere las ganas de entrenamiento y superación.
Disfrutar entrenando, con lo que haces. Se trata de aprovechar cada momento y
hacer cada cosa centrado en ella, dando lo máximo que se pueda, así por muy mal
que vayan las cosas, sabrás que por tu parte, no has podido dar más.
Espero que os haya gustado el relato de Aitor. Para mi es un placer que deportistas como él quieran colaborar en el blog, solo espero que vuelva a repetir algún día y que esa vez sea para hablarnos sobre su primer Ironman. Gracias Aitor.
El martes estoy de vuelta, Miquel.
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