Buenos días.
9 días por tierras
aragonesas y 8 de ellos trabajando. Poco a poco me voy adaptando al trabajo, a
eso de levantarme a las 05:30 y coger fruta ocho, nueve, o diez horas al día.
Pero hoy eso no ha
sido lo más importante, hoy tras tantos días de lesión y otros tantos de
trabajo intenso, por fin he salido a correr.
Mi cuerpo necesitaba
desprender energía y mi cabeza necesitaba liberarse, desconectar de todo este
ruido que me rodea.
Y digo ruido porque
soy un fiel amante del silencio y compañero de la tranquilidad.
En sitios como en el
que estoy durmiendo, estos aspectos están más que ausentes.
Necesitaba paz,
necesitaba escuchar el viento, a los pájaros cantar y a mi cuerpo libre con la
naturaleza.
Es la primera vez que
salgo a correr por estas tierras y estoy seguro de qué no será la última. Tengo
claro que el paisaje que me acompaña no es el ideal para mi, con un clima árido
y la tierra seca pero la verdad es que mientras todo el mundo habla, yo
necesito callar, estar solo.
Y no he encontrado mejor
forma de callar i de estar tranquilo, que salir a correr.
Solo han sido 40
minutos pero los he explotado al máximo. Con un ritmo suave y constante por fin me he reencontrado con el running.
Además ya me he
diseñado un pequeño circuito por el que correr tranquilamente y disfrutar de mi
momento.
Con el horario de
trabajo ya establecido, ya puedo tener tiempo libre para empezar a ponerme en
forma. Si os digo la verdad a parte de volver a sentirme bien conmigo mismo,
necesito competir. Pero de esto os hablaré en las próximas publicaciones.
Esto es todo por hoy.
Un saludo desde la
Almunia, Mikel.
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