jueves, 25 de diciembre de 2014

Victor Arnau vuelve al blog por Navidad

Ilusión. Los niños esperan a Papa Noel con sus regalos, los padres esperan también pero otro tipo de gordo. En fin, creo la Navidad esta llena de sorpresas, de proyectos que se presentan ante nosotros y de nuevas etapas por vivir. Desde el blog he querido hacer mi "pequeña" sorpresa, porque creo que no existe mejor regalo que una publicación de mi compañero de viaje, de esa persona que ha formado y seguirá formando parte siempre de este pequeño mundo, esa persona llamada Victor Arnau.



7 de la mañana, el zumbido del despertador interrumpe tu sueño bruscamente. Abres los ojos de forma lenta y perezosa, para comprobar que, una vez más no estás solo al despertar.

Tienes compañía. Y es una compañía que no te sorprende, no es desconocida, ni tampoco nueva. Hasta donde alcanza tu memoria, todos y cada uno de los días de tu vida, has tenido compañía al despertar. No, no es una compañía física, es más bien una sensación. Una sensación que te acompañará a lo largo del día, una sensación que te persigue como si de tu sombra se tratase.

Espera… ¿He dicho que era una sensación?  Pues he mentido, porque son dos. Dos emociones contrapuestas que luchan por imponerse, por tomar el control de tu vida, por tumbar a la otra.

En una esquina de tu cabeza, con alas negras, mirada penetrante y siempre al acecho se encuentra el MIEDO. Experto en atacar cuando menos lo esperas, cuando te encuentras confiado y te sientes seguro. Es entonces cuando el miedo saca su mejor derecha, directa a tu valor y valentía. Ya sabemos cómo acaba el combate. K.O. Casi tan peligroso como su golpe es su mirada, una mirada que inmoviliza, que paraliza tus ambiciones y hace trizas tus proyectos cuando fijas en ella tus ojos.

Hay muchas clases de miedo: miedo a fracasar, miedo al éxito, miedo al qué dirán, miedo a sufrir, miedo a ser feliz, miedo a tener razón, miedo a equivocarte, miedo a tener miedo… Dijo una vez Woody Allen que el miedo es su compañero más fiel, que nunca le ha engañado para irse con otra persona.

¿Y si yo te dijera que el miedo no siempre es malo? ¿Y si te dijera que cierta clase de miedo es necesaria para seguir adelante? Echa la vista atrás. ¿Nunca has sentido miedo cuando te encontrabas a punto de triunfar? Alguien a quien admiro mucho dijo una vez que el miedo es eso que te pasa por dentro cuando estás a punto de hacer lo que tienes que hacer. Y alguien a quien considero un hermano añadiría “El miedo es libre, cada uno coge el que quiere, y lo usa para lo que quiere”. Úsalo como elemento potenciador, aprende a celebrar que despierte contigo cada mañana, y te encontrarás un poco más cerca de tu éxito.

En la otra esquina de tu cabeza, y a menudo habitando tu corazón, se encuentra la PASIÓN. Pasión, esa emoción de tamaño variable, en ocasiones diminuta e insignificante, en ocasiones inmensa y determinante. Su forma de ganar los combates es por invasión y arrasamiento. Cuando la pasión te invade, arrasa con todas tus dudas, todos tus “pero”, todos tus “y si…”, todos tus miedos.

Ahí va mi consejo. Aliméntala. Dedica cada día a descubrir que come tu pasión, de que se alimenta, cuál es su manjar favorito. Una pasión que no se alimenta no puede crecer, y créeme cuando te digo que el tamaño de tu pasión es directamente proporcional al tamaño de tus éxitos, de tus victorias, de tu felicidad. Aliméntala. No encontrarás energía interior más intensa que la generada por tu pasión. Descubre que te apasiona y pon tus energías en ello.

Pasión por el deporte, pasión por educar, pasión por ayudar a los demás, pasión por trabajar con niños, pasión por cambiar el mundo, pasión por vivir. Dedicad un minuto a pensar en aquellas personas que tienen éxito en lo que hacen. Will Smith, Josef Ajram, Marc Márquez, Nelson Mandela, Usain Bolt, Ronaldinho, Valentino Rossi… seguro que os vienen a la mente unos cuantos nombres más. Personas que tienen un brillo distinto, el brillo de la pasión por lo que hacen.

Por último, te voy a presentar a un tercer elemento clave en tu vida. Se llama CONSTANCIA, y a diferencia de los dos anteriores no te vas a despertar con ella cada mañana. La constancia, como todos los hábitos, se entrena. Es la capacidad de realizar tus actos con determinación, de continuar hacia delante cada día con voluntad inquebrantable.

Porque cuando te enfrentes a tus miedos y abraces tu pasión no vas a tener éxito desde el primer minuto, no vas a ser ese jugador reserva que sale en el último minuto para ejecutar el tiro final y dar la victoria a su equipo. La vida no es una película de Hollywood. En tu vida lo intentarás y fracasarás, lo volverás a intentar y volverás a fracasar, pero poco a poco te darás cuenta de que cada vez fracasas mejor, de que algo dentro de ti está cambiando, y que cada fracaso te acerca un poco más a aquello que quieres conseguir.

Todo el mundo puede empezar a correr, cualquiera puede correr 5km con algo de entrenamiento, cualquiera puede aguantar la respiración mientras realiza una sentadilla, cualquiera puede empezar una dieta para mejorar su rendimiento o salud, y cualquiera puede proponerse mejorar el mundo. Pero hay poca gente que sea capaz de hacer esto día tras día, y aún es menos común que quieran hacerlo el resto de su vida.

Y créeme, que en esos días que te asaltan las dudas, y te golpean tus MIEDOS, vas a necesitar de toda tu PASIÓN por lo que haces para continuar hacia delante con CONSTANCIA. En esos momentos no vas a recordar la frase motivadora que leíste hace tiempo en un blog, pero espero que este texto te sirva para recordar porque empezaste, porque lo haces, y porque debes continuar hacia delante con pasión.

Porque ambos sabemos que tú no entiendes de derrotas, ambos sabemos que cada fracaso te motiva para volver a intentarlo. Intentarlo otra vez, intentarlo mejor, intentarlo diferente. Y siempre, siempre, continuar hacia delante.

Feliz Navidad a todos, ha sido un placer volver a escribir en el blog, e intentaré pasarme por aquí con alguna publicación cuando mi tiempo me lo permita. Un saludo, Victor Arnau. 

¡FELIZ NAVIDAD!

domingo, 21 de diciembre de 2014

Gracias a mí



Somos lo que somos, venimos de donde venimos y creemos en lo que creemos. ¿Qué obvio no? También puede parecer obvio pensar en “¿en quién voy a creer más que en mi mismo?”; pues aun así hay gente que todavía piensa que el destino existe o que hay un Dios que nos manda toda la mierda o toda la suerte.

Sí, es posible que exista la suerte, no digo que no. Pero como dijo el gran Emilio Duró “pensamos que el universo esta recogiendo mierda durante miles de años para enviárnosla finalmente a nosotros”. Me explico. Si algo nos va mal, nos va mal por una serie de motivos y NO porque tenemos mala suerte. Si yo preparo un examen de cierta forma, estudiando unas determinadas horas y finalmente suspendo, ¿Qué tendré que hacer en el próximo examen? Pues obviamente no repetir el mismo proceso. Si seguimos haciendo lo mismo, obtendremos lo mismo.

Quiero decir. No podemos culpar a la suerte de que las cosas nos salgan mal ya que muchas veces nos acomodamos y pensamos que los resultados vendrán sin esfuerzos. Eso no es así; si quieres mejorar debe haber un cambio constante, hay que tener la capacidad de rectificar y sobre todo hay que ser sincero con uno mismo.

Nos esforzamos y no lo conseguimos porque hemos tenido mala suerte. Nos esforzamos más y lo conseguimos gracias a Dios. Sí, es posible, pero es poco probable.

Los milagros no existen. Existe el compromiso, la paciencia, el esfuerzo, la dedicación, la pasión y la motivación para cumplir nuestros sueños. Todo eso sí que depende de nosotros mismos, sí que podemos hacer variar el resultado cambiando nuestra forma de afrontar esos conceptos, sí que podemos ser mejores creyendo en nosotros mismos.

¿Tanto cuesta creer en uno mismo? Vale, acepto que la gran mayoría necesitemos a una persona/s a nuestro lado que nos de un consejo, un abrazo, un “veras como sale bien”…pero el 90% restante nos pertenece a nosotros. Al fin y al cabo somos nosotros quienes saltamos al ruedo, quienes debemos arriesgarlo todo por nuestros sueños. Debemos ser egoístas en ese sentido, sabiendo que la ayuda de los demás nos puede venir muy bien, pero que lo más importante en confiar en nosotros mismos.

Gracias a mí. Porque si he conseguido aprobar el examen es porque he estudiado lo suficiente, si he logrado completar una media maratón es porque he entrenado y si he conseguido cumplir mis sueños es porque he creído en ellos.

No hay más. No hay suerte, no hay milagros, no hay un Dios…solo somos nosotros (y nuestra actitud) los que podemos hacer variar los resultados.

Hay que confiar en nuestras posibilidades, hay que creer en nosotros mismos, hay que aprender a valorarnos por lo que somos y por lo que hacemos. No hay más.

Un saludo, Miquel Orenga.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Gente tóxica


Nos alejamos de la gente que nos cansa, nos olvidamos de personas que han aparecido en nuestra vida y que no han producido ningún cambio en ella (ni positivo ni negativo), decidimos obviar a la gente que por costumbres, ideas o formas de ser dejan demasiado evidentes las diferencias con nosotros y, por supuesto, no queremos ni oír hablar de las personas que tratan de hacernos daño. Hoy hablaré de esa gente respetable, claro esta, pero gente tóxica.

¿Cómo decir de forma educada lo que pienso sin que nadie se sienta menospreciado? Supongo que al fin y al cabo, no puedo gustar a todos (ni quiero)…así que me expresaré como he hecho siempre.

Respeto a todo el mundo, pero tengo la costumbre de rodearme de la gente que me aporta positividad. Detesto demasiado el pesimismo y la gente que se queja constantemente de su situación me pone un poco de los nervios. No entiendo que exista una mentalidad tan negativa que no permita ver a las personas las oportunidades que tienen enfrente de ellas, esa actitud ya es una falta de respeto a la oportunidad, un error que todos podemos cometer alguna vez pero no de forma reiterada. Entiendo totalmente que en ciertos momentos podamos expresar nuestro pesimismo, pero de ahí a que el pesimismo y la negatividad sea nuestra forma de ver la vida, me parece demasiado triste.

Hay pesimistas para todo: para trabajar, para estudiar, para hacer deporte…joder, si tanto te disgusta hacer lo que estas haciendo haz todo lo posible por cambiar esa situación, no cojas esa espiral de negatividad y ni mucho menos la transmitas, al menos a mi.

Por otro lado también tengo la costumbre de no acercarme a la gente que pierde su personalidad, a la gente que dice una cosa y hace otra. Me gusta demasiado la gente transparente, aquella que se expresa con naturalidad ante cualquier situación y dice lo que piensa. Me cuesta mucho quedarme callado o no expresar desagrado ante gente egocéntrica; si solo sabes hablar de ti y no sabes escuchar deberás de empezar a plantearte porque te dejan plantado tantas veces.

Y por último me cuesta mucho escuchar a los “pobre de mi”; sí, a los que ponen excusas para todo. “Es que no nos han dejado tiempo para estudiar”, “es que no me va a dar tiempo”, “es que es demasiado duro”, “es que para lo que vamos a ganar”. Mira, la falta de tiempo no es una realidad sino una comodidad, alguien dijo que no existe falta de tiempo sino falta de interés. Si de veras te interesa algo, si te apasiona encontrarás el tiempo necesario; sin embargo, si en el fondo estas a disgusto empezarás a poner excusas y finalmente dejándolo. Después, si es demasiado duro, esfuérzate. Dedica el tiempo que pierdes en quejarte en entrenar, estudiar, trabajar…formarte.

Lucha por tus sueños poniendo empeño y dedicación, y si las cosas no salen bien a la primera, vuélvelo a intentar.

Un saludo, Miquel Orenga.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Líder de mi vida

Ser líder de mi vida. Supongo que puede parecer un objetivo sencillo pero complicado a la vez, supongo que hay que seguir varias pautas (o varios instintos) para conseguir el control sobre mi vida o para estar prácticamente seguro de todas las decisiones que tomo. Hoy voy a dejar de suponer y voy a dar mi punto de vista sobre algo tan fácil o difícil como ser dueño y sobre todo líder de mi vida.

Para liderar mi vida tengo que ser inconformista, curioso, constante y ordenado. Voy a intentar desglosar un poco estos adjetivos.

Inconformista, sí. Se necesita tener ambición, tener objetivos, tener ganas de comerse el mundo. Mantenerse a la espera de que suceda algo que cambie nuestra vida es demasiado arriesgado; estamos dejando demasiados cabos sueltos. Si queremos algo, hay que decidirse, hay que apostarlo todo. La ambición desmesurada nos puede llevar al descontrol, y es cierto que se necesita un poco de locura en nuestra vida pero solo en determinados momentos; por ello, hay que ser inconformista a la vez que paciente.

Curioso. Creo que en la vida hay que preguntarse muchas veces "¿Por qué?", necesitamos un cambio constante y evitar caer demasiadas veces en nuestra zona de confort. La curiosidad matará al gato, pero no nos matará a nosotros.

Constante. El camino hacia la felicidad nunca se detiene por eso hay que trabajar, trabajar y volver a trabajar. Thomas Edison dijo una vez que el éxito es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración, es decir, de esfuerzo. Si realmente quieres alcanzar tus sueños, trata de hacer todos los pasos que te acerquen a ellos lo mejor posible; dedícale horas para invertir el tiempo y no para perderlo.

Ordenado. Tenemos que trazar un plan mediante el cual demos los pasos necesarios para culminar el reto o proyecto. Un plan bien estructurado nos permitirá establecernos pequeños objetivos y hará que nuestro tiempo sea más eficiente.


Obviamente acabo de cumplir 23 años y estas 5 normas o “leyes” sé que son completamente rectificables, sé que puedo estar equivocado, sé que me queda mucho por aprender…pero prefiero aprender equivocándome que quedarme sentado esperando a que me vengan a buscar.


Y por último me gustaría hablar de las excusas. Soy de los que piensa que si ponemos demasiadas trabas, demasiados pensamientos negativos para hacer una cosa es que realmente no estamos haciendo aquello que nos gusta. Si nos divierte, si nos apasiona...no hay excusas.

Para cerrar este apartado os dejo la siguiente reflexión de Steve Jobs: “Si hoy es el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Y si la respuesta es no durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”.

Un saludo, Miquel Orenga. 

martes, 9 de diciembre de 2014

Born to run: Fran Martínez

Estrenamos el mes de Diciembre de la mejor forma posible con un nuevo capitulo de "Born to run". En el día de hoy cuento con Fran Martinez, ciclista sub-23 del equipo Hostal Latorre de Liédana (Navarra) que nos relatará que significa para él el mundo de la bicicleta, sus inicios, su palmarés y sus próximos objetivos. Aquí os dejo con Fran:

Hola, me llamo Fran Martínez y vivo en La Vall d'Uixó (Castellón). Soy ciclista amateur, tengo 20 años y llevo 8 años de ciclismo de competición en las piernas. Actualmente formo parte del equipo Hostal Latorre de Liédana (Navarra).


El ciclismo llegó a mí de casualidad. Cuando yo tenía  12 años empecé a veranear en un pequeño pueblo que se llama Chovar y para llegar hasta él había que superar un puerto de montaña llamado “Marianet”, cada vez que íbamos allí yo veía grandes cantidades de ciclistas subiendo por el y así que decidí montarme en mi vieja bicicleta de montaña y llegar por mis propios medios hasta ese pueblo. La sensación que obtuve al llegar a la cima solamente con mi esfuerzo fue tal que decidí hacer del ciclismo mi forma de vida.
Ahora mismo compito en ciclismo de carretera y de pista. Mis títulos más destacables son 2 campeonatos de España en persecución por equipos, 1 campeonato de la Comunidad Valenciana,1 Liga de pista de la Comunidad Valenciana y 6 medallas más en los campeonatos de pista autonómicos.

El ciclismo es mi vida, es la forma en que desparezco de un mundo y me sumerjo en otro; el ciclismo para mi es el pasaporte a la felicidad. Este deporte me ha aportado disciplina, "pun de honor" y me ha ayudado a descubrir donde no están mis limites. El ciclismo es sin ningun duda lo mejor que me ha pasado en la vida. Este deporte te deja marca, y no solo son las cicatrices, son 8 temporadas dando pedales y eso quieras o no dejar marcas y muchas anécdotas; aunque por desgracia suelen ser las lesiones y caídas las que más marcado te dejan. 

Por suerte no he sufrido muchas caídas pero sí varias de grave consideración. Me gustaría aprovechar para contar la más grave que tuve en la que termine en el hospital con el escafoides roto, quemaduras por todo el cuerpo y lo más doloroso: la bicicleta rota en 3 partes.

Esto ocurrió en la última etapa de la Copa Catalana el 1-09-2012. Teníamos al lider de la prueba, que solamente con termina la etapa ganaría la general. Pero no tenía para nada su día y después de estar todo el día junto a él, decidí que era el momento de pasar a cabeza del pelotón y exigir a mis compañeros que se quedaran a ayudar, que él era el líder y que con solo mi ayuda era imposible luchar contra un pelotón de 150 ciclistas. En ese momento se produjo una caída en la parte derecha del pelotón, yo iba por la izquierda y por un momento pensé que la había librado, pero no. Apareció de la nada una bicicleta despedida cuando rodábamos a más de 50 km/h; lo siguiente que recuerdo es volar por encima de la bicicleta y muchas ruedas pasar a mi alrededor. Cuando me gire en busca de mi bicicleta para continuar me dí cuenta de que algo no iba bien ya que al momento tenía la mano inchada como un balón, y nada más girarme a coger la bici estaba partida en 3 partes.

Dejando de lado las caídas, no hay nada más gratificante que conseguir superarte diariamente, de ir cada día un poco más lejos y conseguir tus propias metas. Otra de mis experiencias que más marcado me ha dejado fue el año pasado, en una carrera en Santander. Era mi primera temporada como amateur, estábamos en el mes de Agosto y llevaba 4 carreras ya esa semana y la de ese día sería la  quinta. Después de llevar 80 km de carrera coronamos el segundo puerto del día, creía haber sobrepasado mi límite de lejos, pero al girar la cabeza y ver que no había nadie más por detrás de mi fue inexplicable, estaba entre los mejores de la carrera en mi primer año, a la carrera le quedaban todavía 60 km pero los pasé al frente del selecto pelotón. Mi decepción llego a 3 km de meta, me encontraba en una nube, motivado y con ganas de disputar la etapa con los mejores ciclistas de España y de golpe en milésimas de segundo desapareció toda opción, en tan poco tiempo no pude ni reaccionar estaba en el suelo y encima de mí habían 3 ciclistas más.

Este próximo año será mi tercerá temporada como amateur y continuaré en el equipo Latorre. Mis principales objetivos son a principio de temporada, con las copas de España y las vueltas más importantes, haré lo posible por estar entre los mejores ciclistas nacionales y hacer méritos propios para ganarme una plaza en algún equipo profesional, más tarde haré un pequeño parón de competición y volveré para finalizar la última parte de la temporada al máximo nivel.

Quiero agradecer a Fran Martínez su colaboración y sobre todo la pasión que se refleja en cada una de sus palabras. Espero que cumpla con todos sus objetivos de la temporada 2015 y que nunca se olvide que lo más importante es disfrutar encima de la bicicleta.

Un saludo, Miquel Orenga